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Hay un intruso dentro mío, qe se qeja y tiene frío, qe ya no puede escribir, qe miente cuando qiero decir la verdad y dice la verdad cuando qiero mentir. Ya no se toma nada enserio, la verdad es qe es un misterio como pudo entrar a mí. A cada paso qe da le falta espontaneidad, no se tiene confianza, dice todo qe si. Y cuando juega a la pelota no se anima a gambetear, juega para la tribuna, no juega para ganar. Los granos son un tema menor, pero muestran también el grado de dejadez. Y ni hablar de los proyectos, ya no tiene, se jacta de hacer deporte todo el día tocandose. Este intruso come qe da miedo y duerme hasta el mediodía, no se qe más hacer con él. Con su lujuria, su pereza, su codicia y los cuatro capitales qe le metio lucifer. Si se cruzan con su mirada dejenlo en su caminar. Pasará la sudestada, él se va a comunicar. Qe la culpa no les carcoma los huesos. Ya va a haber tiempo para las risas, los abrazos y los besos. Dejenlo en su mundo, un mundo muy poco profundo, donde no rie, donde no se llora, donde no se vive a pleno ni el presente ni el ahora. Lo único qe me enferma es saber qe en la perra vida me voy a deshacer de él. Siempre adentro mío, fiel a su promesa de qemarme la cabeza para qe yo sea infelíz. Me enferma comprender qe forma parte de mí..

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